Abogado Aviles

Abogado Aviles

MIGUEL


Me va a matar cuando lo lea, lo sé, pero después de tanto tiempo escribiendo sobre temas jurídicos y temas relacionados con el día a día en el juzgado no puedo pasar más tiempo sin escribir sobre Miguel.

Miguel es la persona que tiene la cafetería enfrente de los juzgados de Avilés, por la que desfilan abogados, procuradores, fiscales, algunos jueces, funcionarios y muchos otros clientes de lo más variopinto. ¿Cuánto tiempo hace que Miguel está allí? Realmente no lo sé, solo sé que cuando yo llegué Miguel ya estaba allí.

Miguel no forma parte, evidentemente, del personal del juzgado pero el juzgado no sería lo mismo sin Miguel. Su cafetería es de las de toda la vida, pequeña pero con fundamento, de esas que si se reforman pierden toda su esencia. Aunque realmente la esencia del lugar es Miguel. El es un chute de energía por las mañanas, cuando nos pone esos cafés que reviven a un muerto y también a mediodía cuando va terminando la jornada para muchos y sentarse en ese banco al lado de la puerta mientras te da el sol es como estar en el paraíso, sobre todo si es viernes.

A Miguel no sabría decir de qué lo conozco, pero nos conocemos de toda la vida, de nuestros años de discoteca (hace muchos, muchos años) y con él lo mismo hablas de fútbol, que de política, que de las miles de anécdotas que te puede contar con una gracia infinita.

Miguel, como buen autónomo, está siempre ahí, al pie del cañón, día tras día, siempre con una sonrisa ¡juro que no le visto una mala cara en todos estos años! Suelo tomar el café mientras leo el periódico y siempre salgo con prisa, mirando el reloj y entonces, invariablemente, Miguel me dice: “¿Dónde vas, Martina? ¡Tómate otra copa!” Y yo entonces me río y sigo mi camino.

Solo espero que no se jubile antes que yo porque, sinceramente, el juzgado sin Miguel no sería lo mismo.