Abogado Aviles

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VIOLENCIA HACIA LOS MENORES

Hace tiempo que vengo observando que es raro el día que abro el periódico y no me encuentro una noticia sobre un caso de violencia hacia un menor de edad. La violencia hacia los menores ha ido en aumento a pasos agigantados en los últimos años.

Si existiera un catálogo de delitos moralmente reprobables creo que la violencia hacia los menores para mí encabezaría la lista, porque los menores junto con los discapacitados son personas totalmente indefensas y sin capacidad de reacción ante estas situaciones. Lo más grave es que la familia, que precisamente es la institución que debería protegerles, en muchos casos es la que los agrede.

Lamentablemente, en los entornos en los que el menor debería sentirse seguro es precisamente donde se produce la violencia hacia ellos: familia y escuela.

La Fundación ANAR (www.anar.org), que tiene desde hace años un teléfono de ayuda a la infancia y adolescencia, ha publicado un estudio muy interesante respecto a este tema titulado “Evolución de la violencia a la infancia en España según las víctimas (2009-2016)”. En este estudio se llega a la conclusión de que la violencia hacia los menores ha aumentado una media del 300 % durante estos años (en materia de violencia de género nada más y nada menos que un 682,4 % y el acoso escolar un 584,2 %).

Algunos de los cambios de la sociedad, que se destacan en el estudio, han contribuido posiblemente a ese tremendo aumento de la violencia: la crisis económica, la falta de conciliación familiar y laboral que provoca que muchos adolescentes pasen mucho tiempo solos, la transformación de los valores, la cultura del consumo, la falta de comunicación entre los miembros de la familia, los avances tecnológicos y el consumo de contenidos violentos por parte de los menores desde muy pequeños, la no aceptación de la frustración por parte de los adultos y la descarga de la ira sobre los más débiles son algunos de ellos.

Además, con el auge de las nuevas tecnologías van apareciendo nuevos delitos que hace veinte años no existían: el bullying, ciberacoso, grooming, sexting, violencia de género entre adolescentes, etc

La solución para reducir la violencia hacia los menores probablemente pase por la prevención y también, como siempre, por la educación.

En cuanto a la detección del problema, los profesores, pediatras y trabajadores de los servicios sociales tienen un papel muy importante pues son los que habitualmente tienen acceso al menor. Muchas veces se tarda años en conocer el problema, porque el propio menor no es capaz de detectar a edades muy tempranas lo que le está sucediendo y son estos profesionales los que pueden dar la “voz de alarma” ante cualquier indicio.

Creo que, en este sentido, tenemos que hacer un esfuerzo para no mirar hacia otro lado cuando nos encontremos con indicios de violencia hacia los menores y poner el asunto en conocimiento de la fiscalía, porque cuanto antes se ataje el problema menos daño se le causará al menor.